sábado, 25 de marzo de 2017

Chaumukha Mandir, templo Jainista de Ranakpur, India

Ranakpur es una pequeña localidad y un conjunto de templos cerca de la ciudad de Sadri en el distrito de Pali del Rajantán, al oeste de la India.
Esta localidad es conocida principalmente por el templo jaina de mármol, considerado uno de los templos más espectaculares de esta región y uno de los más grandes y bellos de la India. Es conocido por el templo de las cuatro caras o templo de Adinath. 







Hay también en la zona un pequeño templo solar dedicado al dios Suria, que gestiona la familia real de Udaipur y fue construido en el siglo XII, aunque sería destruido y reconstruido en el siglo XV.


El templo jaina Chaumukha está dedicado a Adinatha, el 24º y último tirthankaras (deidades omnipotentes y omniscientes) del jainismo, considerado el último reformador de esta religión en el presente ciclo de tiempo.
El jainismo es una religión de la India que surge en el siglo VI ac. por Mahàvira, contemporáneo de Buda. Éste al igual que el budismo surge como una reforma dirigida contra el brahmanismo. Su principio fundamental es el ahimsâ, es decir, la no violencia respecto a todas las criaturas. En el plano lógico adopta la aptitud de la ankântavâda (pluralidad de los aspectos de la realidad), según la cual es imposible la afirmación absoluta. Los fundamentos de la moral jainí se asientan en tres pilares o "las tres joyas": la de la verdadera visión, el recto conocimiento y la recta conducta. Así como también defiende la "aparigraja" (desapego de lo material). La creencia en la igualdad de todos los seres permite a los jainíes compartir la mesa de cualquier persona. Sus órdenes ascéticas están abiertas a todos sin distinción de clases. El vegetarianismo es el modo de vida para un jaima, teniendo su origen en la no violencia y la compasión por la vida. Consumen solamente seres sin sistema nervioso, principalmente del reino vegetal, aunque también incluyen leche en su dieta.



La construcción de este templo está bien documentada en un plato de cobre del año 1437, así como por la inscripción en una columna cerca del santuario principal que indica que en 1439 Deepaka, un arquitecto construyó el templo bajo las órdenes de Dharanka, un devoto jaina. Cuando la construcción del suelo estuvo completada se realizaron varias ceremonias que se describen como en el Soma-Saubhagya kavya en Sánscrito. El templo se renovó periódicamente. Algunas familias patrocinaron la construcción de "devakulikas" (pequeños santuarios jainas) y "mandapas" (estructuras cubiertas sobre pilares), confeccionando así el conjunto de templos.



La construcción duró unos cincuenta años.
El templo Chaumukha está sostenido por 1444 columnas, todas y cada una son diferentes. Está compuesto por cuatro capillas menores, unas veinticinco salas de cuatrocientas columnas cada una, e inmensas cúpulas para sostener. En la sala donde se desarrollaban las asambleas se encuentran las dos campanas de más de una tonelada cada una. 


Uno de los rasgos más importante es el impresionante juego de luces y sombras que producen los rayos del sol sobre las columnas a distintas horas, a lo largo del día, que hace cambiar el color de las columnas y de las esculturas desde un dorado hasta un azul pálido.
Se encuentra a 170 km al noroeste de Mount Abu, y está construido enteramente en mármol blanco ricamente tallado. Su planta es cruciforme, no longitudinal como la mayoría de los templos indios. Tiene cuatro entradas, una por cada lado (que, al parecer, simbolizaban los cuatro puntos cardinales), que conducen a través de vestíbulos con columnas, a una cámara central con la imagen de Adinath. Está completamente rodeado por una fila de capillas, 86 en total; numerosas columnas y capiteles finamente esculpidos sujetan su techumbre, coronada por una veintena de dornos y cinco cúpulas.


Está realizado en dos o tres niveles y cuenta con veintinueve salas sobre una superficie total de 4300
. Sus bóvedas y agujas reposan sobre 420 columnas talladas. El techo está rodeado por un parapeto almenado de mármol y es la base de un segundo nivel, sobre el que se levantan pórticos, cúpulas y Shikahara.
Toda esta arquitectura está profusamente cubierta con esculturas, semejando un trabajo de encaje más que un edificio de piedra labrada. Tanto en el exterior como en el interior abundan las representaciones de elefantes. 



Una de las columnas está torcida, no se eleva verticalmente como las demás, circunstancia que permitió al arquitecto afirmar que "sólo Dios es perfecto". La entrada principal del templo, al que se accede descalzo, está precedida por una gran escalera. El enorme templo Chaumukha de Adinath está situado en una gran explanada, junto a varios pequeños templos, también jainistas. Vienen a ser capillas individuales que albergan en su interior la imagen de alguna deidad venerada por ellos. Están también construidos en mármol blanco, y a pesar de su pequeño tamaño tienen una gran riqueza en piedras labradas que forman bellos entramados tanto en el exterior como en el interior.


miércoles, 1 de marzo de 2017

Palacio (palau) de la música catalana (Barcelona) España


Es una de las obras maestras del modernismo que floreció imaginativo y exuberante en la Barcelona de principios del siglo XX.

Tras su fundación en 1891, el Orfeó Catalá utilizaba para sus conciertos diversos locales. En Octubre de 1904 adquirió un terreno situado en la calle Sant Pere Més Alto y confió al arquitecto Lluis Domènech i Montaner (1850 - 1923), en pleno apogeo de su carrera en aquel momento, el trabajo arquitectónico de un nuevo edificio para que se convirtiera en sede de la coral. Para ello el arquitecto, que fue defensor a ultranza de la corriente modernista, supo plasmar en esta obra toda la filosofía de esta corriente arquitectónica y artística. Concibió todo el edificio bajo la forma de un inteligente juego interactivo de los espacios, creando una perfecta combinación entre el interior y el exterior utilizando al máximo la luz natural. De esta manera conseguiría una excepcional fusión de conceptos fundamentales: la tradición y la modernidad elevados al máximo nivel del arte.

Montaner consiguió una perfecta simbiosis entre la arquitectura y la música, que alcanza su cenit en su espectacular e inmensa sala de conciertos, con una singular y extraordinaria decoración en la que intervinieron los artistas y artesanos más importantes de la época.




Situado en el centro histórico de la ciudad, fue comenzado a construirse en 1905 y en 1908 sus obras ya habían finalizado. Ese mismo año se le concedió el galardón de ser declarado por el Ayuntamiento de Barcelona el edificio más bello del año.

Su estructura está formada por una armadura de acero (uno de los primeros ejemplos que se realizaron) cerrada por un "muro cortina" formado en su gran parte de vidrio. La utilización de esta estructura permitió a su autor poder crear en el interior una serie de espacios libres entre los que destaca la mencionada gran sala de conciertos.

Intervinieron en su decoración escultores como: Miguel Blay, Eusebi Arnau y Pau Gargallo; éste último realizó las importantes figuras del proscenio (es la zona del escenario más cercana al público).

Igualmente colaboraron artesanos del mosaico como Lluis Bru y Mario Maragliano y pintores como Miguel Massot.




Hay que destacar, por su armonía, la sala de conciertos con ancho domo adornado de vidrieras, obra del maestro Jeroni Grandel, y su abundante decoración que contribuye a la continuidad e integridad del espacio, convirtiendo a esta espléndida sala en un espacio público de conciertos cuyo valor simbólico, artístico e histórico, en universal.

El Palau de la Música Catalana es una perla arquitectónica del modernismo catalán, la única sala de conciertos modernista declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO (4 de diciembre de 1997), que en la actualidad es un punto de encuentro ineludible de la vida cultural y social de Cataluña. Además constituye un patrimonio simbólico y sentimental de todo un pueblo que se identifica con su historia.

La Sala de Conciertos −una de las más singulares del mundo− es desde hace más de cien años el escenario privilegiado de la vida concertística, nacional e internacional, de la ciudad de Barcelona. Ha acogido estrenos mundiales y es un referente de la música sinfónica y coral del país. Presidida por el órgano sobre el escenario y con un lucernario central que representa el sol, la sala disfruta de luz natural. Una sala mística y paradójica, que se encuentra repleta de figuras como las musas que rodean el escenario, las valquirias de Wagner que surgen del techo, un busto de Anselm Clavé a un lado y uno de Beethoven al otro, y cientos de elementos de la naturaleza, como flores, palmeras, frutos, jarrones y vitrinas llenas de joyas.




Aparte de la gran Sala de Conciertos, el Palau dispone de dos salas más en donde se desarrolla la vida concertística de la institución. Por un lado el Petit Palau, un auditorio moderno inaugurado en 2004, ideal para conciertos de cámara o pequeño formato, con unas condiciones acústicas excelentes y equipos audiovisuales de alta tecnología. El último espacio es la pequeña joya del Palau de la Música, la Sala de Ensayo del Orfeó Català. Un espacio íntimo y acogedor donde tienen lugar conciertos de pequeño formato, conferencias, presentaciones, y donde ensayan los coros del Orfeó Català. Aquí se encuentra la primera piedra que se colocó en 1905 durante la construcción del Palau. Con un arco semicircular de butacas, que se corresponde con la media luna del escenario de la Sala de Conciertos que se encuentra justo encima, está caracterizada por unas grandes columnas, vitrales y decoración de la época.




Otro espacio representativo del Palau es la emblemática Sala Lluís Millet, un gran salón −sala de descanso y encuentro− dedicado al maestro Millet, fundador del Orfeó Català. La sala, de una altura de dos pisos, la cierran grandes vitrales adornados con motivos florales, de un efecto extraordinario.




Y más excepcional aún es el balcón que se ve a través de estos vitrales, con una doble columnata de coloración y ornamentación características. Los amplios arcos de ladrillos combinados con cerámica vidriada de color verde y flores también cerámicas, rosáceas y amarillas, confieren a este espacio una tonalidad singular y muy propia.